viernes, 26 de julio de 2013

Y colorín colorado ....

Cada ciclo tienen un cierre y con cada cierre viene un final. Un final inevitable en este caso, pero no por eso será triste, puede ser el mejor término de esta historia.

Todo comenzó hace 5 meses atrás cuando llegamos a esa sala desconocida llamada Brígida Flores y aparecieron un par de profes con toda su emoción del momento para afrontar a estos 70 mechones con todo su afán de conversar y conocerse. Los días fueron pasando y con ellos las actividades y oportunidades. Entre medio aparecieron máscaras de colores, instrumentos algunos más extraños que otros, estos famosos blogs, clases de movimiento en donde saltamos, caminamos y disfrutamos del baile. Pasamos por sesiones de drama llenos de emociones que explotaban sin aviso alguno. Hasta que llegó el fin. 

                                                                                         
A pesar de que habían veces en que nos sentimos raros haciendo cada una de las actividades que la profe Erna realizaba con tanta pasión, o sentíamos que hacíamos el ridículo, siempre son experiencias que valen la pena vivir y que siempre recordaremos. Si bien ahora quizás no le encontremos todo el significado a las actividades que hicimos, yo estoy segura que todo esto es por algo y que en un futuro nos servirán, al menos, para saber expresarnos de otra forma, perderle un poco el miedo al ridículo y por supuesto la creatividad que en momentos guardamos pensando que es únicamente para niños, pero ¡NO!, precisamente es eso lo que nos ayudará de mucho cuando seamos todos unos profesionales.
Y es ahora cuando le agradezco a cada uno de ustedes por todo lo entregado en cada sesión, también a los profes por la disposición en cada clase, el apoyo y respeto en nuestras opiniones.
Es difícil decirle adiós a todos los procesos que vivimos, pero este final es bueno, pasaremos a otra etapa llena de nuevas experiencias que no sé cómo serán, ya que gracias a la nueva malla tenemos el ramo Terapia Ocupacional y Estrategias de Intervención durante toda la carrera, por lo que puedo suponer que serán muchas actividades diferentes cada semestre con distintos enfoques.
La verdad, este semestre se pasó muy rápido y clase a clase no se puede dimensionar al 100% que fue lo bueno y lo malo de todo lo ocurrido, pero ahora que ya acabo, en pocas palabras puedo decir que en su mayoría fueron momentos buenos, al igual que la estrategia del blog. En particular me gustó mucho la idea de poder escribir, si bien gasta mucho tiempo y necesita bastante dedicación, me gusta expresar lo que pensé o sentí, ya que no lo suelo hacer al frente de los demás. No sé si este blog alguna vez alguien lo verá y leerá todo lo que con cariño escribí, pero si esto llegara a pasar, a ti lector te digo que aquí están todos los detalles de las experiencias de una mechona con muchas expectativas por lo que iba a pasar.  Por eso te doy la bienvenida a este nuevo viaje que ya empezó.
  



                                                     

jueves, 25 de julio de 2013

Los incluyo en mis regalos.



Regalos creativos: hacer un regalo para cada integrante de nuestro grupo que represente la inclusión. En un principio sonaba muy complicado, pero después de mucho pensar fueron saliendo las ideas y fui llevando a cabo los famosos regalos. 
De un momento a otro, llegó el día de entregárselos a los demás, era una situación de nervios, ya que en el fondo son cosas hechas por mí con bastante dedicación y no estaba segura que les fuesen a gustar, o encontraran que un regalo era mejor que el otro.  
Al vernos, me di cuenta que todos teníamos regalos muy diferentes y por un momento sentí que los míos no eran lo que se necesitaba, pero después me di cuenta que en realidad todos estaban bien, pero cada uno demostraba nuestro estilo particular.
Comenzó la repartición de regalos. En total habían muchos, unos más grandes que otros, unos más coloridos y de distintos materiales. Estaban los parches de la Dayra que eran cada uno de un color distinto, o las extravagantes muñecas de la Dani. Los distintos regalos de la Coni, y entre ellos también estaban mis regalos, que no sabría cómo definir.
La idea era ir entregándolos e ir explicando por qué era así el regalo. Por ejemplo, entre mis regalos estaba la figura de baile de una mujer y un hombre que usaba una silla de ruedas y mi explicación para esto fue que quería demostrar que entre ambos no había una mayor diferencia, por eso los dos estaban del mismo color negro, y que ambos podían bailar de una forma maravillosa. El tema del baile era porque a uno de los integrantes le encanta bailar. 




Fuimos pasando cada uno sus regalos y explicándolo, así fue como la Dani explicó por qué sus muñecas tenían ese diseño, diciendo que quería que cada una de ellas tuviera alguna característica de nosotros, es gracias a esto que tenían una nariz de payaso por la personalidad de la Cony, pelo crespo y castaño gracias a mí y la Flo, un tutu como ropa, demostrando la pasión del Dani, etc
Con esto, me di cuenta que cada uno le dio un enfoque diferente a los regalos, pero siempre manteniendo el concepto inclusión. Habían algunos abstractos y otros más concretos como mi laberinto en donde distintos caminos llegaban a un mismo lugar o las banderas de la Cony en donde había una de Estados Unidos con muchas chilenas, ya que ese regalo era para la Dani y ella vivió allá mucho tiempo.
Recibí unos regalos preciosos, el parche de la dayra, la muñeca de la Dani, la frase escrita en braille de la Kathe, en realidad todos tienen mucha dedicación y que no los nombre no quiere decir que sean menos importantes. 
A pesar de todo, es muy importante recalcar que todos los regalos fueron hechos con mucha dedicación y ninguno era mejor que otro, cada uno tenía un toque en particular que lo hacía especial. Fue una linda experiencia digna de recordar y 
repetir.




                                                   


sábado, 20 de julio de 2013

Yo te quiero, ¿lo sabes?

Después de casi un mes de paro, retomamos las clases y con ello la última etapa de drama. Ésta vez el último grupo del curso debía escoger una foto de la persona que más quería en la vida, llevándola impresa y digital para que el resto la viéramos proyectada en la clase.

El ambiente era un poco distinto a las actividades anteriores, ya que ciertamente hubo un tiempo de descanso de las emociones. Sin embargo, de poco se fue armando una situación de silencio y respeto, en la cual todos queríamos saber qué foto habían traído y por qué. Cuando comenzó la actividad, el profe bajó las cortinas y cerró la puerta para mantener la confidencialidad de las palabras que cada uno iba a decir.   
Empezaron los relatos y algunos hablaban de sus hermanos mayores o menores, describiendo cada historia con emoción y demostrando todo lo que los querían, aunque no siempre se lo decían. Otros trajeron fotos de sus abuelos simbolizando algo así como un “súper héroe” en ellos. También estaban los papás y mamás, con distintas explicaciones de por qué eran ellos los que estaban proyectados en ese momento. Yo estoy segura que sí la mayoría de aquellos personajes se hubieran enterado que sus hijos, hermanos o nietos llevaron una foto de ellos a la clase y más encima hablaron desde el corazón sobre la relación que tenían con ellos, aunque fueran unas más cercanas que otras, habrían quedado totalmente orgullos y enormemente feliz, tan feliz, que más de alguno liberaría un par de lágrimas gracias a ello. 
Yo como Catalina, creo que esta experiencia fue única, ya que, fuimos capaces de conocer un poco más a las personas con las que convivimos a diario y serán nuestros compañeros por estos cinco años siguientes (ojalá sean 5 y nada más jajaaja), pero este conocer no es únicamente el saber de ellos, si no que conocimos historias importantes y propias de aquellos, que no hubiéramos podido conocer en una simple conversación de pasillo, en un recreo o en el almuerzo.
Por otro lado, este tipo de actividades nos sirven para practicar la empatía, el escuchar a los demás y aprender a entender la situación del otro, sin intentar ponerse en el lugar exacto de los demás. Esta es una tarea que nosotros cuando seamos terapeutas ocupacionales, vamos a poner en práctica a diario y nos va a hacer de gran utilidad cuando cada usuario nos cuente su historia de vida.
Y así es como se terminan las clases de drama y con ellos los sentimientos  a flor de piel, las cosquillas en el estómago y el oxígeno acumulado en el pecho que no queremos soltar para no derramar aquella ínfima pero precoz lágrima que quiere huir de nuestros ojos, ya que sabemos que al soltar una, sólo una, es posible que el río caiga. Y por supuesto no queremos eso, ¿cómo vamos a llorar frente a ellos? No sé por qué hay personas que tienen tanto miedo a llorar.