lunes, 3 de junio de 2013

Abandona el pasado y el presente arrancará

Llegó una nueva clase y con ello un nuevo tema: Drama. Se dividió en tres el curso, siendo los actores de esta clase el grupo uno.

 Debían traer diario, el cual  pusieron al centro de la sala y formaron un círculo. El profesor Felix les dijo que debían pensar en una persona que haya influido mucho en su vida y hacer con el diario algún objeto que represente a ese tan importante sujeto. Mientras ellos construían sus obras, nosotros les sacábamos fotos y esperábamos ansiosos para ver qué fue lo que realizaron. Yo me puse en su situación y traté de pensar a quién representaría yo, lo cual me fue muy difícil. Admiro la capacidad que tuvieron mis compañeros para poder  pensar en alguien y construir su objeto tan velozmente.
Cuando llegó el momento en que todos habían terminado, cerraron las cortinas, la puerta, apagaron las luces y nos dijeron que este sería un momento personal que debía ser privado, por lo que no podríamos sacar fotos de esa parte de la clase. Surgió una gran expectación, todos acatamos y nos quedamos en silencio, formando un círculo alrededor de los que estaban al centro con los diarios.
Algunos de los objetos fueron: unos grandes lentes, un ramo de flores, una cinta para el cabello, corona, biblia, un corazón enorme, una delicada taza de mate, etc. Son algunas de las creaciones que fueron capaces de realizar cortando diario con las manos y uniéndolo con scotch. 













Lo que sigue, es totalmente una experiencia para recordar. Cada uno de ellos debía ir pasando de a uno, contando a quién y cómo representó y por qué lo escogió.
A medida que fue saliendo uno tras otro, surgió una explosión de emociones que eran casi inevitables de controlar, historias que se escondían atrás de cada una de las caras que vemos a diario, sentimientos que entre todos compartimos al unísono. Estallos de risas, penas, confusiones, comprensión, empatía y más de alguna cara que expresaba desde el mayor sentimiento de compatibilidad hasta algunas con desinterés. En esta clase hubo  un complot de emociones que aparecieron todas al mismo tiempo.
Camufladamente en esta actividad practicamos nuestra capacidad de escuchar, mantener el silencio y sobretodo conservar un respeto tan grande, que nuestros compañeros fueran capaces de expresar todo lo que sentían. Todas estas son características que un terapeuta ocupacional debe tener más que adquiridas y comprendidas  para formar un lazo especial con el usuario.
Al terminar esta clase, es cuando te das cuenta que las cosas pasan y los recuerdos siempre quedan en nuestras mentes, lo cual es una oportunidad maravillosa para nunca olvidar los momentos buenos que hemos vivido y aprender de los malos que queremos dejar atrás pero que aún así son importante recordar.
Como dice esta canción:
“Dicen que un mal momento te hace más fuerte y otros dicen que no importa, que ese trago amargo pasará.
Sólo necesitas de una sonrisa que pueda tu carga aligerar y con la frente en alto caminar…”

Sonríe




No hay comentarios:

Publicar un comentario