Un
año o meses antes de decidir entrar a Terapia Ocupacional, la mayoría de nosotros
revisó una, otra y otra vez la malla de la carrera, en donde aparecía un
supuesto ramo llamado Creatividad. Un nombre bastante llamativo para estar
presente en una carrera del área de la salud, para ser sincera. Luego, un mes
antes de ingresar a la universidad, me di cuenta que habían hecho una innovación de la malla y mágicamente este
ramo que parecía interesante ya no estaba, y en su lugar se encontraba un título
que decía: “Terapia Ocupacional y Estrategias de Intervención I”, un nombre que
aún no daba a entender la verdadera característica del curso.
Llegó
la primera clase, estábamos todos expectantes, hasta que la profesora nos dio un
trabajo que hacer: poner en un triángulo tres características importantes que
nos representaran. Yo puse: “Amistad”, “confianza” y “perseverancia”;
características que consideraba básicas en mi vida, y también que rescataba de
las personas que me rodeaban, ya que, mis amigos son una base en mi vida, no se
puede andar por la vida sin confiar en nadie ni dar confianza a los demás, y
sin perseverancia, no llegaríamos a ninguna parte. La actividad no terminaba
ahí, debíamos escoger un compañero/a con la que no habláramos y comentar
nuestras tres palabras. Luego, formar cuartetos y representarnos con una frase
ante el curso, nosotros habíamos encontrado un personaje que nos representaba,
así que en último momento cambiamos todo e inventamos una frase característica
para nosotros. Con esta actividad se pudo apreciar quienes eran los de mayor
personalidad, los grupos más creativos y quienes se avergonzaban al estar
frente al curso. Yo creo que éste tipo de actividades nos van a servir para conocer más de nosotros y crear la confianza necesaria para poder
expresarnos frente a los demás y en un futuro frente a nuestros usuarios.
La
siguiente actividad fue sacarnos fotos como curso, con los más amigos, a los
compañeros, etc. Entre todos teníamos que jugar y sacar fotos por montones. En
un momento se nos ocurrió formar un gran “T.O” con nuestros cuerpos y que el
profesor sacara la fotografía desde altura para que se viera la sigla.
Realmente ahí se notó que la mayoría de nosotros estaba feliz en donde estaba,
haciendo la actividad dada y en la carrera que escogió. Fue una experiencia muy
bonita, digna de rescatar de todas maneras. La verdad, creo que entre lo
motivante de la actividad, los comentarios que hicieron los profesores en un
comienzo y nuestras ganas de disfrutar, formó un ambiente alegre entre risas y juegos,
gracias al cual se podría afirmar que todos, o casi todos nos fuimos a nuestras
casas con una gran sonrisa en la cara, con ganas de contar que teníamos un ramo
en donde sacábamos fotos, escribíamos en un blog, nos pedían decorar el
programa del curso y donde los cuadernos no tenían una mayor importancia dentro
de la clase, si no nosotros, el respeto y las ganas de participar.
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